martes, 23 de febrero de 2010

INCIDENCIA DEL CAMBIO CLIMATICO EN LOS VINOS

-Pérdida de calidad en la uva y adelanto de la vendimia. Este es el impacto que el cambio climático está provocando en la industria vinícola, el calentamiento global provocará mayores sequías, un adelanto de las cosechas y, con ello, de la vendimia. Este hecho ya se percibe en el sector del vino. Así el 80% de las regiones vitivinícolas del mundo ha experimentado un adelanto de entre 8 y 10 días de las fechas de la vendimia de los últimos diez años.Las investigaciones realizadas sobre el cambio climático confirman que todas las regiones productoras han experimentado un aumento de temperatura de dos grados. En consecuencia, el ciclo de crecimiento de la planta es más corto, se alcanza una madurez alcohólica muy rápida, un pH más alto y una mayor acidez cuando la uva todavía no ha alcanzado su desarrollo total, y su calidad se deteriora; por lo que los vinos van a durar menos en botellas.
Todos los expertos se han puesto a trabajar, se intentan desarrollar nuevas variedades mediante las técnicas de la modificación genética o la selección, también se estudia la posibilidad de trasladar los viñedos a zonas más adecuadas ( más altos al nivel del mar, o sea lugares mas fríos) aunque esta última solución podría indudablemente entrar en conflicto con respecto a las Denominaciones de Origen.
Debido a esto la vid es atacada por más plagas y los caldos poseen menos ácidos y son más difíciles de conservar. También ha aumentado la cantidad de radiaciones ultravioleta del tipo B (asociada al cáncer de piel en los humanos), que provoca la sequedad antes de tiempo de las uvas y consiguientes aromas no deseados en el vino.
Algunos estudios muestran que las temperaturas han subido 1,2º C por encima de la temperatura media de antaño y se han debido adelantar en muchos casos las vendimias para que no se dieran los problemas que antes hemos mencionado. El riesgo de que el pH en un vino sea elevado provoca que el vino se aclare y existan más posibilidades de que se desarrollen microorganismos perjudiciales para su maduración. La falta de agua y el exceso de calor propician que no exista una concordancia entre la maduración de la piel y de la pulpa, el resultado son vinos más duros. La graduación alcohólica aumenta porque se ha elevado la concentración de azúcar en el vino (con vinos de 12 grados que llegan a tener 17% de alcohol). Y la acidez baja porque el calor disminuye la cantidad de ácido tartárico, subiendo el pH y el potasio, lo que le da menos frescor y lo vuelven más empalagoso.
En España al encontrarse la mayor parte de los viñedos a 800 o 900 metros de altitud, éstos tienen más facilidad para adaptarse a los cambios, ya que una mayor altura garantiza que los saltos térmicos entre el día y la noche favorezcan la calidad de las uvas. No obstante, las temperaturas nocturnas han aumentado tres grados hasta el momento, por lo que la diferencia entre el día y la noche es mínima. Esto influye en la uva, que bajo los efectos del sol acumula azúcares que se transforman en alcohol, mientras que durante la noche las temperaturas más frescas influyen en la acumulación de la acidez de la materia prima y en el desarrollo de aromas.
En los próximos años vamos a ser testigos de drásticos cambios que obligarán a olvidar los sistemas tradicionales, no deshojar las plantas tal y como se hacía para que las hojas puedan proteger mejor los frutos, alterar las actuales densidades de plantación con el mismo cometido, elevar las viñas cien metros de altura para reducir las temperaturas que por cierto resulta ser una solución bastante cara e incluso se estima la posibilidad de fabricar una especie de tejados que preserven a las vides del sol.
Toda la industria del vino se va a ver seriamente afectada por los nuevos acontecimientos que año tras año se agravan y obliga a los expertos a actuar rápidamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario