martes, 23 de febrero de 2010

Control de plagas y enfermedades


una de las primeras cosas que se deve realisar para mantener en buen estado un cultivo es identificar la plaga o enfermedad que está actuando. Lo segundo es ver si resulta aconsejable tratar o no.
Nuestro objetivo no debe ser eliminar el 100% de los individuos, sino mantener la plaga dentro de unos límites aceptables.
Un huerto o un jardín no es un laboratorio aséptico, siempre habrá insectos y hongos alimentándose de las plantas; esto es natural y deseable, lo raro y sospechoso sería lo contrario, es decir, tener una especie de vacío biológico. Lo que hay que evitar es que la plaga sobrepase un nivel a partir del cual produzca daños de importancia. Determinar ese nivel óptimo para tratar es la clave del asunto; si no llega a ese nivel o umbral, no merece la pena gastar productos.
Mucha gente utiliza los plaguicidas como último recurso, para salvar las plantas o la cosecha en casos de infección o infestación grave. A veces es díficil prescindir de ellos, por ejemplo, ante la Mariposa del Geranio, que tiene una alta incidencia; o en climas muy húmedos, en primavera, para el Mildiu de la patata que si no se aplican fungicidas, lo coge con seguridad.

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